Textos: Beatriz Marmolejo (@betty_marmolejo)
Ilustración: Julia Reyes Retana (@julitareyes)

Cuando una serie de tormentas se acumula, cuando los vientos circulan en direcciones opuestas y comienzan a rodear un centro calmo de viento, suele crearse un huracán. Esto puede permanecer girando cierto tiempo en el cielo, pero cuando toca tierra, el impacto es severo. Así, La Matosa se ve invadido por una serie de huracanes, exactamente ocho. Ocho capítulos que poco a poco van creando un remolino tan grande que es imposible controlarlo.

Temporada de huracanes (Literatura Random House, 2017), de Fernanda Melchor, narra la historia de un pueblo al norte de México. Uno de tantos pueblos que tienen como alimento principal el chisme, las leyendas, los miedos y familias conservadoras. Envuelta en una narración que pende del hilo de la fantasía y la realidad, la autora nos ofrece su segundo libro publicado y, a mi parecer, su mejor obra escrita.

La primera característica que el lector encontrará es que resulta imposible soltar el libro a la mitad de cualquier capítulo, pues constan de un solo párrafo y las voces fluyen con tal perfección que el tiempo narrativo pasa volando. El centro del huracán se encuentra en la muerte de la Bruja Joven, la cual va de la mano de drogas, orgías gays, peleas de poder, prostitución, abortos, desempleo y cualquier otra actividad que en un pueblo como La Matosa puede existir.

Cada capítulo del libro alberga la voz de un personaje, a modo de monólogo interior. Sin embargo, el último capítulo rompe con esta constante al presentarnos a un narrador omnisciente que narra el trabajo del Abuelo, quien es el encargado de recibir los cuerpos cercenados, quemados y podridos para enterrarlos en fosas comunes. El Abuelo tiene la necesidad de hablar con los cadáveres, “porque los muertos sentían que una voz se dirigía a ellos, que les explicaba las cosas y se consolaban un poco y dejaban de chingar a los vivos”. Así, los dejaba en la tierra, bien apilados uno encima de otro, para que, una vez más, aunque sea por corto tiempo, el huracán pueda detenerse.

Beatriz Marmolejo estudió Literatura y creación literaria en Casa Lamm. Tiene un diplomado en Corrección profesional de estilo y asesoría editorial impartido por PEAC. Ha trabajado para diferentes editoriales como correctora de estilo. Su pasión son las letras y la edición. Cree fielmente que la literatura mexicana ha sido siempre pilar de la literatura universal y que en el último siglo se han hecho libros dignos de considerarse como clásicos de nuestra literatura, por lo que hay que difundirla cada vez más. Sus escritoras mexicanas favoritas son Josefina Vicens y Guadalupe Nettel.