Por: Jimena Oliver (@pimporee)

Ilustraciones: Julia Reyes (@julitareyes)

El domingo 8 de marzo amanecí muy decidida, no hice mayor planeación para acudir a la marcha. Di por hecho que allá vería a todas mis amigas. Preparé mi cámara, mi camiseta, las camisetas de mis compañeras, agua, sombrero y mi pañuelo verde. Estaba emocionada, platiqué con mis hijos, les dije que mamá iría sola y que se quedarían con su papá.

Salí con una amiga caminando de la colonia Roma hasta la Plaza de la Revolución, al llegar no cabía una mujer más. Todas nos movíamos en diferentes direcciones, había caos y un poco de tensión, como si no encajaremos al cien por ciento las unas con las otras, era cuestión de tiempo para sentirnos cómodas tantas mujeres todas tan diferentes. Después de mucho esfuerzo y tratando de evitar a toda costa empujar a alguien, logramos llegar al punto de encuentro de la Marea Verde pero el contingente ya había salido. Intentamos comunicarnos con las demás pero la señal iba y venía, entonces decidimos comenzar a caminar pensando que sería fácil encontrarlas más adelante. Avanzamos un par de metros y ¡pum! Me encuentro a mi hermana, de quién me había distanciado un par de meses atrás por un altercado típico de hermanas.

Ahí estaba ella, sola y tranquila esperando a sus amigas que tampoco llegaron a tiempo. Una sincronía hizo que nos reencontráramos entre un mar de medio millón de personas. El mensaje era tan claro que hasta nos resultó incómodo. “Hoy marcharán juntas”, dijo el destino, y así lo hicimos.

Foto: Jimena Oliver

Durante el recorrido no paré de buscar a las demás de mi contingente hasta que realmente entendí que no hacía falta, que podíamos entrar y salir de cualquiera y en todos éramos bien recibidas.

Empecé a calentar motores fotografiando absolutamente todo, poco a poco comencé a enfocarme en retratos y primeros planos. No suelo fotografiar personas, no me siento cómoda, lo mío son los objetos, pero esta ocasión era distinta, quería tomar retratos que mostraran la diversidad de mujeres que convivimos ahí ese día, una serie de imágenes donde todas pudiéramos sentirnos identificadas. Y aunque también registré las pintas, las fuentes rojas, el humo y los vidrios rotos, me di cuenta que lo que yo quería, era conectar con las demás, que quedara testimonio y orgullosa mostrarle al mundo que fuimos todas por un día.

Foto: Jimena Oliver

Jimena Oliver es fotógrafa dedicada a desarrollar material visual para diferentes revistas y medios digitales, ha realizado registro de obra y colaboraciones con artistas, diseñadores y firmas creativas. www.negativo.mx