Marjane Satrapi: crear desde varios frentes

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Por: Irma L Uribe (@irmolauro)
Ilustración: Julia Reyes-Retana (@julitareyes)

Marjane Satrapi lleva mucho tiempo en mi lista de escritoras favoritas. Aunque decir que es escritora se queda corto. Voy a intentarlo de nuevo: Marjane Satrapi lleva mucho tiempo en mi lista de creadoras favoritas. Hace historias y luego innova en su manera de contarlas: las escribe, las ilustra, las dirige. Su creación va más allá y creo que en gran medida, me gusta lo que hace porque siempre es muchas cosas. Así como sus medios para contar historias son variados - las letras, la ilustración, el cine; sus historias también ofrecen muchas cosas a la vez: narran, recuerdan, critican, cuestionan.

La conocí al leer Persépolis - como muchas otras personas, seguramente. Y por años, me quedé satisfecha con eso. Cuando lo leí vivía en Toronto y tenía una amiga egipcia que tenía amigas iraníes. Fue mi primer contacto con personas de Irán, y al estar leyendo el libro, me causaron una curiosidad tal que se extendió a llevar una clase de feminismos en medio oriente durante mi maestría. Siendo mexicana y teniendo (muy) poca información sobre la realidad de las mujeres en el Islam –y he de aceptarlo, ideas estereotípicas– me voló la cabeza pensar en la existencia de  feminismos en lo que yo imaginaba como países ultra tradicionales y ortodoxos, sin diversidad. En realidad el libro me impresionó de muchas maneras. Yo nunca había leído una novela gráfica (fuera de Archie y La pantera rosa no conocía de cómics), y mucho menos una tan profunda, tan llena de contexto y tan reveladora de sociedades y culturas.

En algún momento posterior, ya pasada mi obsesión con Irán y el feminismo en medio oriente, vi la adaptación al cine del libro causante de todo lo anterior; o sea, Persépolis. Y como era (¿soy?) una purista, quise con todas mis fuerzas quedarme con el libro. Pero la película me dejó con la boca abierta. Primero, porque la película es –casi literalmente– el libro; cosa que no se logra en otras adaptaciones (vaya, por eso se llaman adaptaciones). Pero en este caso la película es básicamente una animación del libro, que es una novela gráfica. Así que no pierde su estilo de ninguna manera, ni el sentido del humor que distingue el trabajo de Satrapi. Pero le añade música.

La película está co-dirigida por la misma Marjane –quien además es la protagonista en su versión ilustrada. Este combo en que Satrapi es la autora-protagonista-ilustradora-directora de la película suena a desastre, pero resulta increíble: la historia de vida de Marji, personalísima y muy íntima, de crecimiento y aceptación, se entrelaza con la Revolución iraní y todo eso lo cuenta sin drama, pero a sabiendas de que es algo serio e importante. Y como todo lo serio e importante, tiene un toque de humor negro. Tuve que aceptar que la película era casi tan buena como el libro.

Pasó el tiempo. Y el año pasado cayeron en mis manos otras dos de sus novelas gráficas, que son una verdadera joya: Pollo con ciruelas y Bordados. La primera no es autobiográfica: cuenta la historia de un músico iraní que perdió el sentido de la vida después de que su esposa rompe su tar. En el libro, cada capítulo es un día en la vida/muerte de Nasser Alí, el protagonista, quien ha decidido dejar que la muerte lo alcance. La historia de la muerte de Nasser Alí va y viene con sus recuerdos, claroscuros de su vida y de quienes lo rodearon. Me gusta muchísimo como Marjane Satrapi juega con los fondos de sus ilustraciones para separar lo interno de lo externo y la realidad de la fantasía. Aunque en blanco y negro, sus libros no parecen necesitar color, pues son muy expresivos.

Bordados por su parte, sigue la línea autobiográfica de Persépolis. Es posible que sea mi libro favorito de Satrapi. En esta pequeña novela gráfica, Marjane nos invita a las charlas entre mujeres de después de la comida, que en realidad son historias de vida sobre sexo y matrimonio para morir de risa (y de paso echarse un clavado a otras realidades) contadas a modo del más puro y delicioso chisme. El libro transcurre entre conversaciones informales entre mujeres, que sin querer explican de todo un poco, hablan de la fisionomía masculina, de muertos, de matrimonios arreglados, todo entrelazado con la cultura iraní. Bordados es genial, y aunque lo leí hace como un año, lo tengo en mi buró porque me pone de buenas leer algunas líneas de repente. Las conversaciones son fluidas, las expresiones de las ilustraciones increíbles y la abuela de Marjane es central en el libro -al igual que en Persépolis. No sé qué tenemos con las abuelas las mujeres, pero estoy segura que no soy la única a la que este aspecto de la obra de Satrapi le llamará tanto.

Hace poco descubrí que también hay adaptación al cine de Pollo con ciruelas, que está ahora en mi lista de pendientes. Y me enteré también que esta creadora dirigió el año pasado una película sobre nada más y nada menos que Maria Skolowska Curie - que es una de mis más grandes  ídolas. Radioactive  -en donde Rosamund Pike la hace de Marie Curie, está basada en un libro de Lauren Redniss (Radioactive: Marie & Pierre Curie: A Tale of Love and Fallout). Las críticas (o sea, Rotten Tomatoes) están bastante encontradas, y coinciden en que el guión no es muy bueno. Pero no nos engañemos, la vamos a ver igual.

Marjane Satrapi es una narradora única. Admiro la transición que ha hecho: de contar su propia historia con ilustración y texto a mano, a contar las historias ajenas como una observadora, a contar historias sin estar presente del todo. Es como si cada vez se alejara más del centro, pero sin perder su estilo y su esencia. Gráficamente, sus novelas son también enormemente valiosas: la expresión de sus personajes es  sencilla y humana, y sus palabras también. Marjane no tiene pelos en la lengua y el resultado son historias francas y con mucho sentido del humor que no dejan de lado la crítica y el cuestionamiento social. Si no la han leído/visto/disfrutado, no se la pierdan. Es una creadora contemporánea que vale la pena.

Irma L Uribe es fundadora de ateconqueso, una empresa social que busca que todos los niños tengan libros en su casa. Es feminista desde hace mucho y mamá desde hace poco. Cree que los libros son también juguetes y tiene la manía de subrayarlos. Le gusta leer y escribir y junto con las demás, creó La pluma abominable como un pretexto para hacerlo más en serio. Es autora de varios títulos infantiles y en otra vida se dedicó a la política social desde el PNUD y Fundación IDEA. Irma es Maestra en Economía política del desarrollo por la Universidad de Toronto y Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad de las Américas, Puebla.

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