Necesario: Que sea ley

que-sea-ley.jpg

Por: Valentina Winocur (@mevalele)
Ilustración: Julia Reyes Retana (@julitareyes)

No dejan de resonar los gritos de militancia y valentía de las mujeres argentinas que, desde hace años, luchan, con pañuelo verde en el cuello, por tener autonomía sobre sus cuerpos. En Argentina muere, hasta donde se tienen registros, una mujer por semana debido a un aborto clandestino. Este grito exige que nunca más se deba recurrir a la clandestinidad y no se resigna a que la salud pública sea sólo para quien puede pagarla. Esa es la misma marea verde que, desde el extremo sur, recorre el continente y llega hasta nuestro país.

En el 2018 en Buenos Aires se reunieron cerca de un millón de personas bajo la consigna: aborto legal, seguro y gratuito. La cámara de diputados aprobó la propuesta y fue un hito para el feminismo latinoamericano. Después, cuando llegó al Senado, fue rechazada. De esta lucha histórica habla el documental Que sea ley dirigido por Juan Solanas, que fue parte del festival Ambulante este año. Si bien hubiera sido ideal que fuera dirigido por una persona gestante, es un trabajo necesario. Debemos documentar, visibilizar y continuar esta lucha.

 El filme da cuenta, a través de entrevistas y testimonios, de las múltiples y diversas miradas sobre el tema; desde la historiadora feminista Dora Barrancos, hasta los familiares de Ana María Acevedo, quien tenía cáncer y por negligencia médica no recibió tratamiento con la excusa de proteger su embarazo de dos semanas. Pasando por mujeres víctimas de violencia de género y /o obstétrica, mujeres que han tenido que someterse a abortos clandestinos, un cura, ginecólogas y algunas (menos) voces que se autoproclaman “provida” aunque sabemos que, apegándonos a la literalidad, el título más acertado podría ser “proclandestinidad” o “antiderechos”.

Al inicio del documental me sorprendieron las palabras de la diputada Silvia Lospennato que, viniendo de un bloque político de derecha, tuvo gran claridad para articular un discurso feminista. De éste recojo y comparto lo siguiente para cerrar con un dejo de optimismo: “Diputados y diputadas, este es el siglo de los derechos de las mujeres, más tarde o más temprano, las jóvenes que portan en sus mochilas los pañuelos verdes van a conquistar los derechos que reclaman. En sus dedos está el poder de votar por nuestros derechos, no les tiemble el pulso para hacerlo. Saquemos de la clandestinidad el aborto, legislemos por la salud y por la autonomía de las mujeres […] unidas en nuestras diferencias pero siempre a favor de las mujeres […] Que sea ley.”

Valentina Winocur es mexicana y argentina. Escritora y editora. Estudió Comunicación Social en la UAM Xochimilco y una maestría en Creación Literaria en la Pompeu Fabra. Es feminista y está harta. Obtuvo la beca de la FLM y el FONCA. Siempre anda como quien no quiere la cosa. Pertenece a la generación millenial pero todavía no abre Tiktok. Tiene más preguntas que comentarios. Odia escribir pero le encanta haber escrito.

Julia Reyes Retana es arquitecta, aunque nunca se ha dedicado a la arquitectura. Tiene un taller y marca de costura “Chocochips Costura de Estación” dedicado a la producción de objetos textiles y a la impartición de cursos de costura y técnicas textiles. Dibuja desde que tiene memoria y la ilustración es la base de la que germinan todos sus proyectos, dibujos que se transforman en cosas. Actualmente dibuja todos los días y a todas horas.

Previous
Previous

Recordar en el tiempo: Los recuerdos del porvenir

Next
Next

¿Violentas? Por supuesto