Ana Gallardo

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Textos: Itzel Vargas Plata (@itzelvargasplat)
Ilustración: Julia Reyes Retana (@julitareyes)

Hasta hace pocos años, el feminismo en el arte contemporáneo era una muy mala palabra. Yo creo en el arte como herramienta transformadora y sanadora. Cada mujer sola en su taller es una militante trabajando en ese canon que no es el que permite el arte contemporáneo, incluso en su vida cotidiana. Recién ahora se puede hablar de arte feminista. Ana Gallardo

El año pasado tuve la oportunidad de visitar Buenos Aires invitada por Marabunta, una iniciativa de Lucila Gradin  y Andrés Pasinovich que facilita la visita de curadores extranjeros a fin de que visiten y dialoguen con jóvenes artistas. Durante mi estancia fui testigo de lo que Ana Gallardo ha hecho por el ámbito cultural argentino y mexicano. El trabajo de los artistas se refleja su cobijo, brújula, tutoría, y soporte fraternal.

El abuelo de Ana Gallardo vino a México a hacer fortuna, se casó con una mexicana y cumplido su objetivo, volvió a España. Su madre nació en Santander y, con su esposo, emprendió un viaje por América con el objetivo de llegar hasta México, pero la muerte la encontró en Argentina cuando era muy joven. Desde entonces, la vida de Ana transcurrió entre Argentina y México. Hija de madre pintora y de padre poeta, estudió sólo hasta la preparatoria dado el contexto familiar y social - particularmente la dictadura argentina. Así, fue hasta sus 30 años que comenzó a trabajar desde el arte. Su obra siempre está enraizada en lo personal y despojada de la pretensión, la condición humana es llevada a un plano de reflexión continua, confrontación y auto cuestionamiento. Opera desde la vulnerabilidad de sus propias posturas con proyectos configurados desde la colectividad.

La relevancia de Ana Gallardo en el contexto cultural de Argentina y México no sólo es a partir de sus proyectos artísticos, sino de gestión. Como autora sin formación académica, desde siempre ha mostrado interés en los procesos, en lo fallido, en las obras y artistas que no alcanzan a figurar en los circuitos del mercado. Su necesidad de voltear a ver hacia otros puntos, se convirtieron en acompañamiento y en foros para mujeres artistas (muchas esposas de artistas), que no habían encontrado la oportunidad de ocuparse de ellas mismas y de su trabajo.

Con esto en mente, Ana Gallardo fundó un espacio para ella y sus amigos a principios de los noventa en Buenos Aires. Un taller-casa alrededor de una cocina como zona de intercambios, que funcionaba principalmente en beneficio de mujeres artistas. En 2008, filmó A boca de jarro. En él aparece Silvia Mónica, activista de Ammar Capital, una organización de mujeres que busca “lograr el respeto pleno de los Derechos Humanos de las mujeres en situación de prostitución, vulnerabilidad social y/o víctimas de trata de personas, a partir del empoderamiento de (sus) derechos”. Silvia siempre quiso cantar y en el video aparece cantando un tango como un pronunciamiento en contra de la prostitución infantil. El video conjuga las personas activista y artistas que caben dentro de una sola mujer.

Poco después - en 2013 - dos jóvenes coleccionistas le prestaron a Gallardo un edificio que se convirtió en sede para talleres y proyectos inacabados en donde se mostraban bocetos de música, poesía y otras disciplinas. Tres años después vino La Verdi, espacio fundado a partir de la iniciativa del gobierno por generar un distrito de las artes en la zona de la Boca. Su costumbre por pensar en plural la llevó a fundar La Verdi, México. Enclavado en la Merced, es un sitio que permite a artistas argentinos hacer residencias en un área geográfica de la ciudad con marcadas diferencias culturales y sociales a las de la capital argentina.

Hace un par de años, Ana regresó a trabajar con una experiencia de su pasado - a finales de los ochenta colaboró con la insurgencia de Guatemala transportando cargamentos a la selva de Petén. Sus investigaciones recientes sobre esa experiencia, culminaron en una serie de dibujos en carbón sobre papel de gran formato. Bajo el título Dibujos textuales II (2016) Gallardo se confronta con los testimonios de niñas y mujeres campesinas violentadas por el Estado y grupos paramilitares guatemaltecos, durante el periodo insurgente: “Nos hurgaron en nuestros sexos”; “Comenzaron desesperadamente a cogerse a las otras”; “Nos metieron las armas dentro”. Tajante y repetitivo, el dibujo persigue un fondo monocromo negro, es el vacío perfecto para la brutalidad de la vida contada en un puñado de palabras.

En esta última obra de Gallardo no hay sitio para la imagen, mediante un acto persistente de anulación de una superficie blanca aparece el no lugar, el desasosiego, la imposibilidad de trazar una línea de aceptación y entendimiento de la realidad,  cruenta e indescriptible. En su empeño por señalar la violencia y discriminación hacia la mujer, de manera individual y colectiva ha desarrollado también propuestas enfocadas a las condiciones de vida durante la vejez. Una de ellas incluyó el cuidado de la anciana Elena en Xochiquetzal, un geriátrico para prostitutas ubicado en Tepito y más recientemente Escuela para envejecer (2017).

En su militancia como artista, como gestora, como tutora, la obra de Ana Gallardo es potente y efectiva gracias a su permeabilidad afectiva, a su raíz colectiva y a su preferencia por la inestabilidad de la certeza.

Itzel Vargas Plata es maestra en Arte Contemporáneo por el Sothebys Institute of Art de la Universidad de Manchester e Historiadora del Arte por la Universidad Iberoamericana. Fue Jefa de Artes Visuales y Curadora de Casa del Lago Juan José Arreola. Trabajó en la Oficina Curatorial de México en Arco 2005 y  en la Agregaduría cultural de la Embajada de México en Reino Unido. Fungió como Jefa del Departamento de Investigación del Museo de Arte Moderno, Ciudad de México y previamente fue Coordinadora de Exposiciones del Museo del Palacio de Bellas Artes. Fue Directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, asesora del Museo Nacional de Arte, actualmente es curadora del Museo Universitario del Chopo y miembro del Consejo de cultura del periódico El Universal. 

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